Jamás volveré a desnudar mi alma, la cubriré con un manto opaco y la ocultaré en las tinieblas del último rincón de mi ser, bajo siete llaves.
Para todos los males hay dos remedios, el tiempo y el silencio.
Alejandro Dumas
Poema de Saramago
Pues el tiempo no para, nada importa
que los días vividos aproximen
el vaso de agua amarga colocado
donde la sed de vida se exaspera.
No contemos los días que pasaron:
fue hoy cuando nacimos. Solo ahora
la vida comenzó, y, lejos aún,
la muerte ha de cansarse en nuestra espera.
No sólo ha muerto un gran hombre, ha muerto un hombre bueno.