El año pasado estuve 9 meses con depresión, pensé que mi vida estaba acabada.
No tenía ilusión por nada.
Me iba, de vez en cuando, a mi refugio gaditano, y ésto, que antes me inundaba de felicidad cada vez que bajaba del tren y ponía un pie en el suelo, ahora sólo me producía una mayor tristeza, al comprobar que ya ni siquiera estar ahí me ilusionaba.
Este verano, en un atardecer, estando en la playa de la Victoria de Cádiz, me sucedió algo extraordinario, fue una explosión de optimismo, quizá producida por la belleza del paisaje.
Empecé a meditar sobre mi vida, mis experiencias, mi pasado (pero sin añoranza).
Lo que hasta ahora me había parecido gris, lo vi totalmente diferente.
Pensé sobre todo, en todas las personas que había conocido, a las que algunas hacía muchos años que no veía.
Comprobé que había tenido experiencias bellas y agradables, con momentos que nunca llegué a apreciar mientras los vivía, y que ahora, sin idealizarlos en ningún momento, los veía intensos y llenos de color.
Me propuse localizar a algunas de estas personas, las que habían sido más importantes para mí, en cuanto volviese a Madrid, a mi vida cotidiana.
Es una pena que no disfrutemos de cada minuto que vivimos, mientras lo estamos viviendo, pensando tal vez, en lo que fue o pudo ser o en lo que vendrá.
Ahora sigo manteniendo esta filosofía, y puedo asegurar que funciona, es cuestión de ponerle un poco de optimismo.
Pensar que si hoy algo sale mal, mañana es casi seguro que se puede arreglar.
Pensar que si hoy ha salido todo bien, mañana puede ser mucho mejor.
Sólo es cuestión de creerlo de verdad y, por supuesto, de no desear alcanzar la Luna.
Todo esto no quiere decir que mi vida haya cambiado drásticamente, sigo teniendo problemas y deseos insatisfechos, pero tengo fe en que mañana puedo tener sorpresas agradables y deseos cumplidos, o puede ser la semana que viene, o el mes que viene, eso es lo de menos.
Lo importante es tener esperanza e ilusiones.
3 comentarios:
Me alegro mucho de que estés mejor, y te felicito porque salir adelante a veces no es tan sencillo.
Lo importante es no dejarse caer. Sé que no es fácil, y tú también lo sabes; pero una vez que has aprendido a levantarte, procura no olvidar nunca más cómo lo lograste: con determinación, ilusiones y sobretodo, creyendo en tí.
Qué bueno Irene, que pudiste salir, yo creo que uno está mal, hasta que algo te dice que tienes que estar bien,
no es fácil captar el minuto en que algo en ti hace click...yo sé muy bien de lo que hablo, lo he vivido, es duro vivirlo,
pero es tan reconfortante salir de ahí, de ese hoyo negro que te empuja y empuja hacia adentro y quieres quedarte ahí, porque ya no te importa, porque no sabes estar distinto a como estás, porque no te acuerdas de cómo era estar y sentirte feliz, porque nadie te puede dar la mano ni tampoco la tomarías……y un día, un minuto, un instante….algo te ilumina, algo sucede en ti, no sabes que es, es distinto, es bueno, ya no quieres retroceder….y cuando logras salir, uf que bien se siente verdad????
y algo te dice después… que si vuelves a caer....tienes que levantarte mucho antes de tocar fondo, porque ya no quieres volver a estar tanto tiempo así, porque ya estás más fuerte, porque ya lo viviste, porque ya no quieres hacerte daño y seguir dañando a los que te aman, porque tienes un hijo que no quiere verte así, padres, familia, amigos.
No sé si algún día leas esto, pero me sirvió escribírtelo.
un beso
Paty
Momentos que abordan nuestra vida, que superamos.
Esa recapitulación de principios es muy importante, siempre es positiva....aquello fue hace tiempo, yo he llegado tarde, pero conocer tus principios, forma parte de cuando alguien entra en tu página de verdad para conocerte, no para pasar como un fantasma lisonjero...un beso muy fuerte de azpeitia
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