
Llegamos por la tarde, toma de contacto, paseo por el Puente Viejo, me sorprende que todo su interior está lleno de joyerías, y también lleno de... ¡turistas!, casi medio mundo estaba allí, 1ª foto, el Puente.
DÍA 1, plaza del Duomo, impresionante, con la Catedral, el Baptisterio y el Campanario, todo revestido de mármol blanco rojo y verde, 2ª foto. Museo de la Opera, lo que más me gustó fueron los diez paneles originales de bronce dorado, con

episodios del Antiguo Testamento de esta puerta del Baptisterio, los que hay en la puerta son reproducciones, 3ª foto. Había colas para entrar en cualquiera de estos sitios.
Las fotos, como puede verse son pésimas, lástima que no estuviera allí
MiguelPor la tarde, iglesia Santa María Novella, con la fachada de mármol blanco y verde, de esta no he puesto foto, si tenéis interés en ver mejor cualquiera de ellas, hacerlo por Internet, son infinitamente mejores. Después un paseo por el mercadillo de San Lorenzo y un delicioso helado.
Era la hora de la cena, paseando por las calles buscando un lugar, encontramos un tesoro, La Rotonda -restaurante, pizzería y pub- acogedor, amplio, de madera en el interior con una escalera que subía al restaurante, había música en directo, además de un buen

servicio y los camareros amabilísimos, excelente relación calidad-precio, lo recomiendo, y también una copita de "limonchelo", buenísimo.
Camino del hotel, encontramos un grupo de dominicanos bailando en la calle, acompañados de la música que salía de un coche, música latina, se nos iban los pies y nos pusimos a bailar con ellos, ¿sería por el efecto del "limonchelo"?, en pocos minutos nos contaron media vida.
DÍA 2, Galería de la Academia, esculturas, tapices, pinturas, todo maravilloso, pero no recuerdo nada, todo eclipsado, al menos para mí, por este bellezón, El David de Miguel Ángel, aunque me viene un poquito grande, mide 4'10 metros, 4ªfoto, es obvio a qué foto me refiero ¿no? Estaba prohibido hacer fotos, no lo pude

remediar, fue un impulso, cuando fueron a avisarme, no había remedio, el delito ya lo había cometido.
Por la tarde, plaza de Miguel Ángel, en una colina, desde la que se podían contemplar unas maravillosas vistas de Florencia.
DÍA 3, un descanso de arte, aunque no tanto, viaje a ¡Siena!, preciosa, preciosa, preciosa con sus calles empinadas y empedradas, con ese encanto medieval que tanto me gusta, y también con arte.
La enorme, famosa y maravillosa plaza del Campo, semicircular, similar a un anfiteatro, con una pequeña inclinación, y por supuesto, toda ella, "sembrada" de turistas, 5ª foto. Paseando por ella, vimos una banda de música, nos era familiar, igualitas que las de España, iban a empezar a tocar, esperamos, les oigo hablar, y para mi asombro, les entiendo perfectamente, ¡claro!, era la Unión Musical de Caudiel en Castellón. Un paseo por esta bella ciudad, alguna compra, y no podía

faltar también un riquísimo helado de Siena.
Vuelta a Florencia, cena en La Rotonda y al hotel a descansar, hacer turismo es agotador.
DÍA 4, Galería de los Oficios (Uffizi), arte, arte, arte, cuatro horas de arte, con un breve descanso para tomar un café en la terraza al aire libre de la Galería, agradable y con bonitas vistas.
Al final de estos días, tenía las cervicales hechas polvo de tanto mirar cúpulas, frescos y vidrieras, ¡qué le vamos a hacer!, todo sea por amor al arte.

Por la tarde otra vueltecita por el Mercado de San Lorenzo y el Mercado Nuevo o de La Paja.
Camino del restaurante nos apoyamos en el pretil del río a ver esa maravillosa puesta de sol, como presagio del final del viaje, 6ª foto. Nos quedaron por ver miles de iglesias y museos, es imposible verlo todo en cinco días.
Florencia, puro arte, pero me gustó más Siena como ciudad.
Aunque soy fiel a mis amores, Praga sigue siendo mi debilidad, si me pierdo que me busquen allí.
El italiano es el idioma "più bello del mondo".