Donde caben dos...

Mi hermana y yo queríamos llevar a mi madre a Roma, sabíamos que le hacía ilusión.
Lo comenté con mi amiga B y me dijo, ¿puedo apuntarme?, yo encantada, es muy divertida y así éramos cuatro.
Ella llegó a casa y se lo comunicó a sus padres, la madre odia los viajes, así que, por decir algo les dijo ¿queréis ir?, no lo dudaron ni un segundo y contestaron que sí.
Planeando el viaje B y yo en una cafetería, otra amiga que estaba con nosotras nos dijo ¿me admitís?, ¿le importará a tu hermana?, yo me eché a temblar pues ella no se lleva muy bien con mi hermana, aunque antes eran íntimas amigas, pero también fue admitida.
Hablando del viaje, V, otra amiga, comentó, a mí no me importaría ir, ¿qué hacer?, pues contestarle ¡vale!, pues vente.

Éramos tres y al final somos ocho.

El grupito es de lo más heterogéneo, veremos cómo acaba todo.

Me llevaré unos cuantos leones en la maleta, los arrojaré en el foso del Coliseo y detrás a quien incordie lo más mínimo.


Nos vamos el día 16, ¿se apunta alguien más?

INCONEXOS

Tú vives en un sueño, aunque no lo sepas, yo en una realidad, aunque no lo parezca, tus besos, tus caricias, son como hojas marchitas que se escapan de tus labios, de tus manos. A mis sueños los iluminan la luna y las estrellas, son tan reales como mi amor, tan reales como las caricias y los besos que llevo dentro, que no te doy, que guardo en mi alma como tesoros, donde no se marchitan ni vuelan sin rumbo, tú confundes tus realidades, yo estoy segura de mis sueños. Tus realidades agonizan, pero mis sueños sobrevivirán.
Esto sólo es una ínfima parte de la vida, de un sentimiento, sólo llena un instante... aunque puede prolongarse una vida entera.