Otoño

Otoño
El Retiro (Madrid)

miércoles, 21 de octubre de 2009

TODO LLEGA Y TODO PASA

Ya volví de Roma, el viaje transcurrió mejor de lo que esperaba, el ritmo era demasiado lento para mis nervios, y aunque contaba con eso, me costaba superarlo.

Hice un montón de fotos, pero no pondré las más conocidas, están ya muy vistas.

Me gusta ésta. Algunas mujeres son malas y vengativas, Herodias utilizó a su hija Salomé para su venganza, y aprovechando que Herodes Antipas, al quedar cautivado en una fiesta por la belleza y el baile de su hijastra Salomé, le quiso conceder un deseo, ésta, a instancias de su madre, pidió la cabeza de San Juan Bautista servida en una bandeja de plata.

Está en la iglesia Sta. Mª de los Ángeles y de los Mártires
(Plaza de la República)

El domingo amaneció lluvioso, fuimos al Vaticano, para entrar en la Basílica de San Pedro tuvimos que soportar media hora bajo la lluvia, por suerte, al salir estaba despejado, faltaba más de media hora para que saliera el Papa al balcón o a una ventana, no sé bien, pero eso ya era demasiado para mí, así que dejé al grupo y me fui hasta el castillo de Sant'Angelo a disfrutar de este precioso puente, y de mi soledad-libertad.


Más tarde quedé con Miguel Ángel, un amigo poeta de este mundo bloguero con el que coincidí en Roma. Estuvimos comiendo en Trastevere, una preciosa zona bohemia, llena de callejuelas y plazas con un gran encanto.

Iglesia Santa María en Trastevere

Después de comer fuimos a pasear por el Tíber, repleto de bellos puentes como este.

Isla tiberina


A Miguel Ángel le dedico esta foto, el encuentro con él me hizo aún más agradable el viaje.

jueves, 15 de octubre de 2009

FUGACIDAD




Dos minutos y cincuenta y nueve segundos.





¿Puede llegar a ser tan fugaz una historia de amor?

miércoles, 7 de octubre de 2009

ATARDECERES ROJOS

Los atardeceres son bellos... aunque sean de la vida.

Atardecer en Chipiona

Al principio el tiempo pasa muy lento, caminando con diminutos pasos infantiles todo se hace eterno.
Después, con la impaciencia de la juventud, quisieras volar hacia el futuro, crees que nunca va a llegar, y más tarde, casi sin darte cuenta, los años pasan a la velocidad de la luz, como un caballo desbocado al que quieres sujetar por las riendas, pero su avance es inexorable.
Sólo queda asumirlo, y con la experiencia que acarrea la madurez, aprovechar cada segundo, disfrutarlo, gozarlo, exprimirlo... como si fuera el último.
Hay días que se hacen eternos, y años que pasan en un suspiro.
Hoy cumplo un año más, y parece que fue ayer cuando cumplí el anterior.

Faro de Chipiona (atardecer)