Por la noche dimos un paseo por la Roma nocturna, acabamos en esta plaza, muy nuestra, se llama Plaza de España.
Esta foto del río la hice a la vuelta para el hotel después de haber cenado en la zona de Trastevere, le pusieron este nombre porque estaba más allá del río Tíber, precioso lugar, bohemio y lleno de encanto con sus callejuelas y plazas que nos remontan al pasado.
Todo es impresionante, y a veces inesperado, en Roma. El Panteón por fuera, no da idea de lo bello y grandioso que es por dentro. En principio tenía forma rectangular, lo construyó Agripa, pero fue destruído por un incendio. Después lo reconstruyó Adriano, dándole la forma circular que ahora tiene, y tuvo la gentileza de poner esta inscripción: lo construyó Marcos Agripa en su tercer consulado.
Como no hice ninguna foto en la que se pudiera ver una panorámica del Panteón por dentro, pongo esta que no es mía pero que da una idea aproximada del tamaño del interior.

El óculo de esta cúpula está abierto, mide 9 metros de diámetro, esta ventana circular sirve para iluminar el interior, cambiando la iluminación dependiendo de la posición del sol, en los días de lluvia es un espectáculo bonito y curioso, no tuvimos la suerte de que lloviera, sólo hacía un frío terrible.
En Roma también es conocido popularmente por La Rotonda, de ahí el nombre de esta plaza. Saliendo del Panteón, a la derecha, está La taza de oro, un lugar famoso por su esquisito café.
Esta foto la tomé desde arriba de la cúpula, el mérito está en lograr hacerla, no en que salga bien o mal, hay que subir 320 escalones por unas escaleras desiguales, de caracol, inclinadas, torcidas, incluso en un tramo, agarrándose con una cuerda, y luego bajarlas, claro, aunque ya era más fácil, después de esto y la caminata anterior terminé "agotá", pero había que seguir.
Otra maravilla es el Anfiteatro Flavio, hoy más conocido como Coliseo. Empezó a construirse hace 1937 años, creo, no recuerdo bien, yo aún no había nacido, aunque casi, casi, ¡bah! vamos a ponernos serios. Tenía un aforo para 50.000 espectadores, con 80 filas de gradas, algunos espectáculos que allí se hacían no me gustan un pelo, me parecen terribles, como ejecuciones, muerte de gladiadores, peleas de animales..., aunque también hacían representaciones de teatro clásico, de cualquier manera el lugar es grandioso, da gusto pasear rodeándolo por las galerías internas.
Las entradas con arcos por las que accedía el pueblo, 80 en total, estaban numeradas.
El Coliseo ha sido reconocido como una de las Nuevas 7 Maravillas del Mundo Moderno.
Volveré a Roma porque me encantó, porque nos quedaron infinidad de cosas por ver y porque hacía tanto frío que no tuvimos suficiente valor para tomarnos un helado, y esto es imperdonable.
Una advertencia, si vais a Roma, cuidado con los precios en restaurantes bares y cafés, el primer día pagamos la novatada, nos costó desayunar 7,60 euros por persona, un café y un bollo, y sólo porque tuvimos la osadía de sentarnos en una mesita, en la barra no hubiera llegado a 3 euros.
Hice más de 200 fotos, pero ya no os castigo más, igual algún día publico una segunda parte.