Lo comenté con mi amiga B y me dijo, ¿puedo apuntarme?, yo encantada, es muy divertida y así éramos cuatro.
Ella llegó a casa y se lo comunicó a sus padres, la madre odia los viajes, así que, por decir algo les dijo ¿queréis ir?, no lo dudaron ni un segundo y contestaron que sí.
Planeando el viaje B y yo en una cafetería, otra amiga que estaba con nosotras nos dijo ¿me admitís?, ¿le importará a tu hermana?, yo me eché a temblar pues ella no se lleva muy bien con mi hermana, aunque antes eran íntimas amigas, pero también fue admitida.
Hablando del viaje, V, otra amiga, comentó, a mí no me importaría ir, ¿qué hacer?, pues contestarle ¡vale!, pues vente.
Éramos tres y al final somos ocho.
El grupito es de lo más heterogéneo, veremos cómo acaba todo.
Me llevaré unos cuantos leones en la maleta, los arrojaré en el foso del Coliseo y detrás a quien incordie lo más mínimo.

Nos vamos el día 16, ¿se apunta alguien más?