Será la transición, digo yo, entre este invierno lluvioso que sigue aquí, con todo su derecho,
y esa tímida y juguetona primavera que parece que asoma y desaparece.
Es tiempo de inadaptación, de vaivenes, de subidas y bajadas, de días lluviosos y fríos,
alternando con días radiantes, soleados y coloridos.
Pues ese es un poco mi estado de ánimo, y tal vez éste sea el motivo, esperaré pacientemente a que todo se estabilice y que llegue definitivamente la primavera...
Hoy, de momento, podemos celebrar el fracaso de ese suceso ocurrido también en período de transición, un 23F de hace ya 30 años.
No dudo que después de un fuego algo quede, no dudo que entre las cenizas algo pueda salvarse, no dudo que algo se halle intacto en algún rincon escondido, pero es seguro que ya nada será como antes por mucha prisa que te hayas dado en sofocarlo, hay un misterio que se empeña en destrozar lo más querido. La llama de algunos fuegos suele ser cautivadora pero hay que controlar sus efectos devastadores.
La tristeza me impidió hacer esta foto, la hizo mi amigo Goyo